Joaquín Sabina

Hace unos días un amigo común te trajo de nuevo a mi memoria, no es que llevaras mucho tiempo lejos de ella, pues cada pocos días asoma un recuerdo, de una mirada pícara, de una mirada tierna, o aquella que tanto me exasperaba de "no diré mi opinión" ¿Por qué te costaba tanto opinar? aún sigo preguntandomelo...

El caso es que hace pocos días hablamos de tí, y me hicieron una petición que no pude rechazar porque... yo también quiero una foto tuya y hacer yo retoque en las que consigan me permitirá tenerla... otro interrogante más ¿por qué odiabas tanto las fotos?... después de... lo entendemos todos, pero antes...

Vuelvo a tener ganas de escuchar a Sabina, incluso estoy tentada de poner algunas canciones en el mp3... aquellas sí, que me diste a conocer el verano que nos conocimos y en las que me enséñaste a apreciar las letras y ver un poco más allá en ellas... Hace años que no pongo un disco o una canción de Sabina, cuando por casualidad suena una canción en la radio, o en la televisión, la tristeza me invade, y aún tengo miedo de echarme a llorar si escucho más de una entera...

"Sabes mejor que yo que hasta los huesos sólo calan los besos que no has dado los labios del pecado"

Quizá debiera atreverme al fin, a darme una larga sesión de Sabina, y llorar todas las lagrimas que quedaron ocultas en el cajón de la tristeza esperando su momento...

"era un pueblo con mar, yo quería dormir contigo y tú no querías dormir sola"

No fué exactamente así, no quisimos despertar al alma solitaria que dormía en la otra habitación, pero también es cierto que no quería dormir sola... aunque no pasara nada de lo que narraba la canción, si nos sorprendió el amanecer hablando como si nos conocieramos de toda la vida, cuando no debía hacer ni 12 horas que habíamos cruzado las primeras palabras... aunque como siempre, yo contaba más que tú...

"y si quieres también puedo ser tu trapecio y tu red, tu adiós y tu ven, tu manta y tu frío, tu resaca, tu lunes, tu hastío, o tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea."

Cuantas veces fuiste mi red, y mi manta.... e incluso una vez mi almohada... esos brazos siempre dispuestos a dar el abrazo que hacía falta, siempre con las palabras de apoyo necesarias, siempre dispuesto a escuchar... quisiera poder de nuevo hacer una escapada nocturna a tu casa..

"Vivo en el número 7 calle Melancolía quiero mudarme hace años al barrio de la Alegría pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía en la escalera me siento a silbar mi melodía."

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