Terapia

Sonrisa

Una vez más me acerqué a aquella puerta en busca de mi terapia.

Esa terapia que se había convertido en algo necesario, e incluso imprescindible en mi vida.

Llamé una vez, como tantas otras veces, abrieron y entré. Tan sólo unos segundo mas tarde me perdí en sus ojos, en su mirada franca, en su sonrisa de niño....

Sí de niño, habeis leido bien, porque mi terapia mi terapia es un niño de 2 años y casi un mes, con unos ojos verde-azulados brillantes que rezuman inocencia y amor, pelo rubio ligeramente ensortijado y unas manos rebeldes y revoltosas que cojen lo que no deben, abren cremalleras de bolsos y juegan con todo lo que tienen a su alcance...

Con el pierdo el pierdo el estrés, los nervios se me caen entre juego y juego, la risa le gana la mano a la tristeza, la melancolía y el malhumor., sus besos me curan las heridas del alma y sus abrazos me llenan de amor.

Adoro cuando me llama, no puedo evitar reír cuando alguna vez me ha echado de menos y aparta a sus padres tendiendo sus brazos hacia mi.

Y esa es mi terapia, porque...¿hay mayor alegría que la risa y el cariño inocentes de un niño?