Castillos en papel

A mi hermana le gustaba dibujar, se le daba bien. A menudo sus apuntes y sus libros aparecían llenos de pequeños dibujos en los márgenes.

Recuerdo especialmente una tarde en la que dibujó un castillo, habiamos leido un libro de fantasía y ella plasmó en papel el castillo que salía, le quedó genial, su foso, la puerta, las almenas, las torres... Inventamos un juego, las dos teníamos mucha imaginación, y aquella era otra forma de fomentarla.

Nos quedábamos mirando el dibujo durante unos minutos, para fijar bien la imagen en la mente (ella jugaba con ventaja claro está :P), pasado ese tiempo cerrábamos los ojos y con ayuda de la imaginación entrábamos en el castillo.

Ganaba la que más tiempo conseguía estar dentro del castillo y más zonas recorría, antes de quedarse sin imágenes en la mente.

Nos imáginabamos cruzando el puente levadizo, atravesando las puertas, entrando en el patio del castillo, entrando al castillo, veíamos la entrada, las escaleras que daban a plantas superiores... Unas veces subíamos las escaleras, entrabamos en habitaciones, encontrábamos pasadizos secretos.

Otras en cambio buscábamos las mazmorras. Tiempo después repetimos el juego pero con un dibujo nuevo, un bosque dibujado enteramente a rotring, otro dibujo que me encantaba, y con ese escenario solía ganar yo.

Me encantaba pasearme por el bosque, ver ciervos, conejos, halcones, búhos.. todo tipo de animales.

Imaginaba que el cielo se encapotaba y me veía a mi misma buscando refugio para la lluvia, encontrando cuevas...

Y es que está claro que el mejor juguete es la imaginación.